El turismo franco-español ha sido uno de los sectores más golpeados por la emergencia sanitaria del Covid-19. Meses de confinamiento, cierres de fronteras y fuertes reducciones de las frecuencias de vuelos han impactado seriamente en esta importante actividad económica. Del otro lado del mostrador, los viajeros apasionados han visto enormemente limitadas sus ocasiones de lanzarse a la aventura y descubrir nuevos destinos.
Sin embargo, la eliminación de buena parte de las restricciones ha permitido a los turistas disfrutar del verano con cierta normalidad. En Europa, los grandes centros turísticos han visto retornar a sus atracciones a miles de visitantes de todas partes del continente. Regiones como el sur de Francia y el norte de España se preparan para recibir un aluvión de personas ávidas por descubrir los secretos que ambos lugares tienen para ofrecer.
Trabajar desde casa y viajar más
Un efecto que se suma al interés del público en general por volver a salir de vacaciones es el del gran crecimiento de la modalidad de teletrabajo. La pandemia ha derivado en un auge del empleo remoto y para muchos trabajadores, fundamentalmente jóvenes, la idea de llevar adelante sus tareas desde cualquier lugar del mundo con conexión a internet es lo más parecido a un sueño.
Con solo cargar un ordenador portátil en la maleta se puede optar por trabajar mientras se disfruta de las paradisíacas playas de la Costa Azul o de la impactante naturaleza del País Vasco. Ni siquiera es necesario contar con equipamiento costoso, ya que una MacBook Pro de segunda mano y un servicio de WiFi estable de alta velocidad es todo lo que se necesita para cumplir con las tareas habituales, incluso fuera de casa.
Alternativas para todos los gustos
Cuando los requisitos son tan reducidos, la elección del destino perfecto queda limitada exclusivamente por las preferencias personales de cada viajero.
Durante el período estivo, ciudades como Cannes y Niza pueden ser sitios ideales para combinar el trabajo con el relax. En otoño e invierno, en cambio, Oviedo o Pamplona se convierten en los lugares más aptos para desconectar del trabajo en un entorno natural de ensueño.